Características

especiales.

Una de las características muy especiales de esta aparición es que la Virgen se le apareció a toda una familia: a la familia nuclear formada por el padre y la madre y a la familia ampliada formada por la cuñada, el sobrino y otros niños.  

La aparición a la familia completa es una petición a promover, defender con valentía y fortalecer la familia cristiana basada en la unión matrimonial entre un hombre y una mujer, para anunciar así que Jesucristo es nuestro Dios Salvador, “el Camino, la Verdad y la Vida” (Jn 14,6).Le pedía a un matrimonio que “convirtieran” a toda la tribu, es decir a toda su sociedad. 

Manifestaba la Madre de Dios, la importancia de la interdependencia familia-sociedad, indicando la necesidad que tenemos todos de ayudarnos mutuamente: esposo y esposa, comunicándose a través del diálogo y la buena relación entre ambos.

Así, ambos adquirían “conciencia de unidad y lograban cada vez más plenamente la íntima unión de sus personas y actividades. Esta íntima unión, como íntima entrega de dos personas, lo mismo que el bien de los hijos, exige plena fidelidad y urgen en indisoluble unidad” (GS 48). 

La familia es el reino del amor. En ella nace, crece y se desarrolla el amor filial, matrimonial, maternal, paternal, fraternal. 

La familia, lugar en el que por el bautismo nacen los hijos de Dios y que ha sido santificada por el Espíritu Santo, Espíritu de amor, con el gran sacramento del matrimonio. La familia es la miniatura y el corazón de la Iglesia.

El haberse aparecido a una familia habla de una petición en contra del libertinaje afectivo sexual. Ante esa amenaza, la Virgen invita a responder con el compromiso de promover y fortalecer a la familia, de respetar a las personas y a practicar la castidad a través del dominio de las pasiones y el respeto a la persona. No se puede separar la actividad sexual de lo que significa el verdadero amor, el sentido del matrimonio que da protección y estabilidad a los esposos y a los niños, de una familia estable, cariñosa y unida. 

 

La práctica sexual del cristiano debe ser expresión de un amor auténtico, y estar enmarcada en la familia unida para siempre, con respeto, cariño y fidelidad para toda la vida. Esta invitación es un rechazo al libertinaje sexual, que sacrifica tanto a la familia, como el respeto debido a la mujer, a los hijos, y que lleva a tantas tragedias personales y sociales.

Hay valores fundamentales dentro de la dimensión natural del matrimonio que son iguales en todas partes del mundo y en todas las épocas. Entre ellos destacan el amor, la fidelidad, la dignidad de la persona, el respeto a la vida en todas sus fases.

La imagen del Cacique con su familia recuerda que la familia es un valor de orden natural y cristiano.  Todos nacemos en familia. Es allí donde aprendemos a desarrollarnos como personas y como pequeña sociedad.

En la familia se aprende y vive la comunicación, la tolerancia, la paciencia, la ayuda mutua. En familia se da y se recibe amor, se asumen responsabilidades, se aprende respeto mutuo, se vive la solidaridad y se aprende a amar y alabar a Dios.

Todo esto lo vemos en la relación de la pareja, en la vida en comunidad y con el ejemplo del sobrino del Cacique quien, habiendo aprendido el valor, el coraje y la perseverancia de su tío, lo demuestra saliendo a buscar a Juan Sánchez para mostrarle el prodigio realizado por la Virgen. De lo que veía en su familia, el niño sabía que el valor, la constancia, la honestidad y la responsabilidad, son virtudes que permiten ver los frutos futuros. 

La Virgen invita a la conversión dentro de la Iglesia que Cristo fundó: la Iglesia Católica.  Llamaba al Cacique a que él y toda su gente se instruyera en la doctrina cristiana y se bautizara.

 

Le pedía que primero entendiera el mensaje de Dios haciéndolo suyo, se bautizara como punto inicial para participar del resto de los sacramentos de la Iglesia Católica: Confesión, Comunión, Confirmación, Unción de los Enfermos y Matrimonio. Para quienes quisieran entregarse por completo al servicio de Dios, de los hombres y mujeres, el Sacramento del Orden Sacerdotal.

En la aparición en el río el cacique y Coromoto y su familia no estaban bautizados, no eran hijos de la Gracia de Dios.

Pero cuando la Virgen se aparece con el Niño Rey en sus brazos sobre el agua del río, sus corazones se llenaron de Gracia y eso los hizo aceptar la propuesta de la Virgen aun sin saber cómo se llamaba ni quien era.

Al querernos en familia y dentro de la Iglesia (a través del Bautismo), Nuestra Señora de Coromoto, quería que los venezolanos hiciéramos de nuestras familias unas auténticas “Iglesias domésticas” llamadas a alcanzar un nuevo protagonismo y a producir una dinámica misionera dentro de la sociedad.

 

El llamado de la Madre de Dios a los venezolanos es triple:

1.- Anima a la institución del matrimonio.

2.- Invita a la construcción de la familia y a la solidaridad dentro de ella.

3.- Llama a la conversión a Cristo dentro de la Iglesia Católica.

Hacerle caso a la Virgen es:

- Promover la santidad de la familia y valorar la unión conyugal cristiana, santificada por el mismo Jesús con el santo sacramento del matrimonio.

En la Aparición de Coromoto no se dice nada acerca del rezar el Rosario, como pidió la Virgen en Lourdes y Fátima. De hecho las grandes masas de peregrinos coromotanos, tienen como oración espontánea, popular, afectuosa y repetida, los insustituible Misterios del Rosario. Estos no son otra cosa sino recordar la vida de Jesucristo, nuestro Salvador, desde su concepción hasta su Ascensión al cielo.

La Virgen de Coromoto tiene en sus piernas al Niño Jesús en actitud de presentarlo al mundo.  Esto hace que la devoción a la Coromoto tenga también una fuerte conexión con la Eucaristía.

Al rezar el Ave María decimos: bendito es el fruto de tu vientre Jesús.  Es como decirle a La Virgen: Madre mía, gracias a Ti, tenemos este tesoro inmenso de la Eucaristía.   

Sin duda, Ella es el camino más corto para llegar a Jesús.

El Rosario y la Eucaristía, María y su hijo Jesús en el Santísimo Sacramento, forman el Misterio central y medular de nuestra fe.

La espiritualidad coromotana, desde hace más de tres siglos, invita a todos a vivir como hijos de Dios, dentro de la Iglesia.

María de Coromoto sigue siendo la gran Maestra que enseña el valor de la familia como fundamento y sustento de toda la catequesis